lunes, 29 de diciembre de 2014

Woody Allen

Vicky Cristina Barcelona (2008)

Qué dificil elección....
¿Vicky?
¿Cristina?
¿Maria Elena?
Al fin y al cabo que más da, si todas se acuestan con Juan Antonio....
Pero no, no da lo mismo.... entonces Cristina.
Si, por los labios y la mirada,
por la búsqueda,
el deseo,
el aburrimiento,
el adiós.
La despedida no me importaría tanto si como ella, hubiera mirado como miró, deseado como deseó,
y disfrutado de esos brazos llenos de alcohol y sudor.
Sólo por eso hubiera apostado por ese papel, porque en el fondo nunca lo hubiera actuado.

lunes, 3 de marzo de 2014

Hugo del Carril

Amorina (1961)

Loca, perdida, sorda, ciega.
Lejos de la crítica entendida, de la mirada intelectual.
Que me importa el argumento y la floja adaptación!
Sin pensar, sólo sentir,
como sólo es posible frente a tales ojos... los de tu marido,
el que te desprecia, el que a todas pretende pero sin incomodarse.
Pero vos con esa voz.
No puedo más que pensarme en tu piel y aunque sola y abandonada
nunca, pero nunca, perdiste gracia, elegancia y distinción.
Gracia de mujer fuerte,
elegancia en la originalidad,
y distinción en la presencia que ostenta tu caminar.
tan Tita y tan Amorina, tan blanca y negra en el alma,
tan sedienta de escapar.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Gastón Duprat - Mariano Cohn

El artista (2009)

Sólo la mirada de Sergio Pángaro,
si tu mirada Sergio,.
Pero... ay que sería de ella si aquellos otros ojos no te hubieran guiado.
Yo, que he vuelto,
transitando el camino de la resurrección,
aún con algunas heridas,
pero con la fuerza que nunca me abandonó,
vuelvo a fantasear con abandonarme a los brazos de una dupla como esta,
sueño con hundirme en esos encuadres,
casi sin palabras,
dejarme atrapar por una puesta en escena tan sublime.
Salud,
y bienvenidos!!

martes, 12 de junio de 2012

Santiago Loza

Extraño (2003)

Julio,
bastan tus ojos,
tu mirada sencilla,
como si no te encontraras vos, perdido, tan vulnerable.
Yo te acompañaría,
en cada tren,
en cada pequeña cama,
en la desolación del conurbano.
Caricias te haría la niña poética,
te pediría aunque sea una lágrima,
una sola,
para tranquilizarme,
y ver que la sangre corre furiosa por tus venas,
aunque vos mismo no la dejes fluir.

sábado, 25 de febrero de 2012

David José Kohon

Tres veces Ana (1961)

Tres veces la niña poética,
con los pies en la tierra,
etérea,
soñadora a la vez,
atrapada en La dolce vita argenta,
retrato social,
deambuladora por tres,
se mueve al son de una música ensordecedora,
mantiene un sexo desmotivado,
pero en blanco y negro,
el rostro es tan terso,
impoluto,
inerte,
vacío como las jóvenes vidas que no terminan de pasar.

sábado, 21 de enero de 2012

Horacio Muschietti

Mi fiesta de Casamiento (2006)

La niña poética detesta los casamientos.
Aunque romántica y camp no tolera que el amor tenga puesta en escena.
Se violenta cuando una novia tira el ramo y siente nauseas en el momento del vals.
En silencio y con una sonrisa, siempre declina bailar con el novio, come y toma encantada, pero si el evento es nocturno se retira temprano.
Se enfurece si intentan darle un souvenir porque le molesta tomarse el trabajo de tirarlo en la primera esquina.
Pero...la fiesta de Luciano Cazaux, no está en el salón...
está en su rostro, en su angustia interior en medio de la tontera descripta.
Vale la pena, sentarse y mirarlo...
seguirlo,
como la cámara en mano;
frente a ella acepto que si, que me hubiera encantado ser la provocadora invitada que sin saberlo, casi derrumba la fantochada de ese amor.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Peter Webber

Girl with a Pearl Earring (2003)

Si yo fuera the girl y tuviera los labios de Scarlett,
otra sería mi Griet.
Porque no dudaría en recogerme el pelo,
sólo me dejaría la cofía,
arrasaría con todo sobre la mesa de trabajo,
descubriría mucho más que una oreja;
y así entre miradas puras de erotismo plástico,
hundiría mis dedos en cada color arenoso,
y escribiría sobre tu pecho Vermeer y Greta,
y te hablaría tan cerca que mi aliento sería la luz de tus obras.
Claro que todo esto lo haría por los brazos de este actor y no otro,
vestido de pintor,
con ojos de un Johannes incomprendido, sólo y egoísta,
alienado el y loca yo,
nos revolcaríamos bajo la claridad de esa ventana
que inspiró su pasión.